
La acción y la intriga están servidas con la nueva película de Martin Scorsese.
El Departamento de Policía de Massachusets está trabajando para terminar con una de las mayores bandas de crimen de la ciudad, dirigida por Frank Costello (Jack Nicholson). Su plan es introducir un infiltrado en la banda para erradicarla desde dentro: Billy Costigan (Leonardo DiCaprio). Por otro lado, Collin Sullivan (Matt Damon) es un joven policía que asciende rápidamente y

Durante dos horas y media de película que pasan sin apenas darse cuenta y sin oportunidad para detenerse a mirar el reloj, los continuos líos y riesgos a los que se ven sometidos los dos infiltrados mantienen al espectador en su butaca. Cabe mencionar también el humor negro y la ironía que desborda el personaje de Jack Nicholson, Costello, que en principio iba a ser interpretado por Robert De Niro.
Destacar de los actores varios rasgos, como la comodidad que muestra Leonardo diCaprio en un papel que le va como anillo al dedo o la genialidad de Jack Nicholson, sin olvidar la interpretación de Matt Damon.
Una película que mantiene un gran ritmo, sin altibajos, cosa difícil de conseguir en un film de tan larga duración.
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